GRANADA

Donde la magia se hace realidad

Granada, pese a ser una pequeña ciudad , tiene unos cimientos culturales inmensos resultado de las diferentes civilizaciones que han dejado huella a lo largo de la historia.

Granada es una ciudad de aproximadamente doscientos cincuenta mil habitantes situada en el sureste de la península ibérica.

A los pies de Sierra Nevada, destino de esquí de primer nivel, y muy cerca de su Costa Tropical, Granada representa la perfecta unión entre el destino de costa y el destino de montaña.

Todo visitante a Granada debe visitar de manera obligada su Alhambra y el Generalife, palacio islámico de época medieval que te hará sentir como en un sueño de “Las Mil y Una Noches”. Es el monumento más visitados de España y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Además de visitar sus patios y jardines, es muy recomendable una vista general del recinto desde uno de los múltiples miradores que rodean la ciudad, como San Nicolás, en el popular barrio del Albaicín.

Es precisamente en lugares como el Albaicín, la antigua judería, o el Sacromonte, el popular barrio gitano, donde podrás disfrutar de la esencia de Granada, de sus mágicos atardeceres o incluso de una velada de auténtico flamenco, siendo como es esta ciudad una de las cunas del género.

Monumentos como la Catedral o la Capilla Real, o su Plaza Nueva, la Alcaicería, el Corral del Carbón o el romántico Paseo de los Tristes envuelven Granada entorno a la perfecta mezcla donde convergen historia y cultura sin perder un ápice de modernidad o dinamismo pues, no es vano, su Universidad acoge a multitud estudiantes cada año, siendo la primera universidad española en número de extranjeros.

Pero no acaban aquí las bondades de esta mágica ciudad, y es que Granada es conocida por la riqueza de su gastronomía y por su cultura de tapeo, según la cual podrás visitar multitud de bares y tabernas donde cada bebida se acompaña de su correspondiente ración de típica comida andaluza.

Granada es, en definitiva, siempre una opción perfecta a la hora de elegir destino, no solo por su capacidad para satisfacer los gustos más exigentes sino por lo milagroso que resultará para el disfrute de todos los sentidos.